Los actuales planes de estudio son fruto de organizaciones industriales. Hace décadas tenían mucho sentido, pero hoy día necesitan evolucionar y favorecer un conocimiento fluido entre las diferentes materias. Es más, deberían extender ese conocimiento y ayudar a que se normalice el concepto de education as a service y el de las píldoras educativas, más que perpetuar la adquisición de conocimientos en bloque que quedan obsoletos en pocos años.
No hay que obviar tampoco la anunciada crisis económica que está por llegar. Es probable que el perfil de estudiante se amplíe y sea frecuente encontrar personas de mediana edad con necesidades muy específicas de formación ante nuevas demandas del mercado laboral. Esta nueva oferta podría darse en formato de microlearning, como contenido propio o bien incluyendo contenido de terceros.
Hay una oportunidad, y en cierto modo también una responsabilidad, de ofrecer formación superior de calidad para ayudar a los adultos sin trabajo a posicionarse en el mercado laboral.
Riesgos
Este life-long education puede inflar las burbujas de educación, con una sobresaturación de formaciones sin calidad.
Ventajas
Flexibilidad en los contenidos ofertados, con posibilidad de itinerarios individuales de formación y alumnado más diverso.
Aumentar la oferta educativa reduciendo duración y precio posibilita de nuevo la entrada a estudiantes que ya son profesionales mid-seniors o seniors y además de impactar positivamente en la financiación de las instituciones, lo haría en la sociedad.
Reflexiones
¿Cuál es la mejor manera de formar en capacidades como la creatividad, la inteligencia socio-emocional o el razonamiento complejo? ¿Se puede dividir la formación de larga y media duración en piezas más pequeñas y accesibles a más personas? ¿Podría haber diferentes propuestas de formaciones universitarias y estar basadas en grado y posgrado?
Oportunidades
- Creación de cursos y contenidos muy ajustados a las necesidades que puedan tener perfiles de estudiantes muy específicos.
- Permitir matriculaciones de públicos no universitarios con intereses en determinadas asignaturas y no en la formación de larga duración.
- Plataformas tipo MOOCs, cursos masivos en línea, con tarifas planas de formación.